Con el delantero y ex jugador de la Real Sociedad, Alexander Isak, de vuelta tras estar ausente por una lesión en un dedo del pie, el Newcastle dominó los primeros compases, pero le costó convertir su abundante posesión de balón en disparos a puerta en la primera parte, y Welbeck estuvo más que feliz de hacérselo pagar.
Isak se quedó solo delante del portero en el minuto 33, pero Bart Verbruggen pudo detener su intento de gol con el cuerpo. Menos de dos minutos después, Welbeck le enseñó a él y al resto del ataque del Newcastle cómo se hacía. Irrumpió en el área para deslizar el balón por delante de Nick Pope y dar la ventaja al Brighton.
Anthony Gordon estuvo a punto de empatar para los locales en el minuto 41 con un disparo diagonal, pero Verbruggen volvió a estar atento al peligro y despejó el balón. El lenguaje corporal de los jugadores del Newcastle empezó a indicar que no iba a ser su día.
Tras sólo dos disparos a puerta en la primera parte, la precisión de las urracas mejoró en la segunda, pero los tiros a puerta carecieron de potencia y precisión, mientras que el Brighton se mostraba peligroso cada vez que cruzaba la línea de medio campo.
Un largo parón en el partido por una lesión de Welbeck, que acabó siendo retirado del campo en camilla, provocó que se añadieran nueve minutos de prórroga al final de la segunda parte, y aunque Dan Burn pudo anortar finalmente un tanto para el Newcastle, estaba en fuera de juego y el gol fue anulado.
Los seagulls, que desperdiciaron un buen número de ocasiones para aumentar su cuenta, se aferraron a una victoria que les lleva al quinto puesto de la tabla con 15 puntos, mientras que el Newcastle sigue octavo con 12.
