El Manchester City ha dominado la Premier League en la última década, ganando seis de los últimos siete títulos. A pesar del gran rendimiento del Arsenal en esta temporada, las estrellas del Etihad han cumplido cuando más ha importado.
La excepción que rompe la regla tuvo lugar en la 2019/20, cuando el Liverpool ganó en unas circunstancias muy peculiares debido a la pandemia de la COVID-19.
Antes de las dos últimas campañas, el cuadro de Anfield era el único aspirante serio al trono del City, pero Mikel Arteta y los suyos le ha quitado el puesto a los de Jürgen Klopp.
A diferencia del curso anterior, en el cual sus aspiraciones se vinieron abajo en abril, los Gunners han llevado la lucha contra los flamantes campeones hasta la jornada decisiva.
Una de las razones clave de la mejora de los londinenses ha sido el fichaje de Declan Rice (116,6 millones de euros), quien también era pretendido por la entidad de Mánchester. El internacional con los Three Lions no sólo dio estabilidad defensiva con su inmaculada lectura del juego, sino que aportó calidad y creatividad al juego ofensivo -siete goles y ocho asistencias en el torneo doméstico-.
Un factor diferencial
Otro inglés, Phil Foden, se erigió como la estrella de la plantilla en ausencia del lesionado Kevin De Bruyne, y es difícil creer que hubieran conseguido el objetivo de nuevo sin la magia de Foden, clave también en la última jornada.
Aunque ambos clubes hicieron méritos para triunfar, hay que tener en cuenta que la escuadra de Guardiola lo ha ganado todo tras empatar ante su principal rival el 31 de marzo, mientras que este último sucumbió por 2-0 contra el Aston Villa en abril.
Algunos señalan esa derrota como el partido que les costó el título, pero sumar sólo un punto en los enfrentamientos contra el Fulham, de la zona media de la tabla, fue igual de perjudicial.
El (todavía) vigente campeón de Europa, por su parte, hizo lo que siempre hace en la fase final: ganar, ganar y volver a ganar.