Enzo Fernández, Francia y el Chelsea: una accidentada pretemporada que termina sin victorias

Para ser justos, esta columna no podía verlo. Y menos con el resultado de hoy. Sí, quizás Enzo Fernández seguiría siendo jugador del Chelsea. Sí, quizá sus compañeros franceses le perdonarían. Pero uno se imaginaba que habría una tensión persistente. Una tensión que se extendería al terreno de juego...

Pero la forma en que los jugadores y su entrenador, Enzo Maresca, han manejado el fiasco Fernández-Francia sugiere que se ha desarrollado una conexión genuina y estrecha entre estos jóvenes jugadores del Chelsea. Algo que sólo puede significar cosas buenas para el club y el equipo.

Así lo cree Marcus Bettinelli. A sus 32 años, el guardameta suplente es el miembro más veterano de la plantilla de los Blues. Y admite que él y su joven capitán , Reece James, creen que el espíritu que reina en las filas es algo que no se veía en Cobham desde hace años.

"Cuando miro a esta plantilla, Reece y yo hablábamos el otro día y decíamos que, sin duda, parece que éste es el grupo más unido que ha habido en los dos últimos años", declaró Bettinelli.

"Cuanto más unidos estemos fuera del terreno de juego, más trascendente será en el campo, y tanto Reece como yo decíamos que este es el grupo más unido y familiar que hemos sentido en los dos últimos años".

Seguramente fue ese espíritu el que permitió a Maresca navegar y evitar un desastre potencial que implicaba a su jugador más valioso y al contingente francés del equipo. Cómo o dónde se ha generado este espíritu, sólo pueden decírnoslo personas como James y Bettinelli. Pero hay que reconocer el mérito del capitán y de otros jugadores "veteranos" a la hora de encontrar la unidad dentro de una plantilla de jugadores traídos de los cuatro rincones del planeta. Una vez más, esta columna fue cínica. Calificamos a este grupo de mercenarios, sin conexión alguna con el club ni entre ellos. Pero después de todos los altibajos de estos últimos 12 meses, han encontrado la manera de unirse.

Sin esa conexión, habría pocas posibilidades de que el incidente de Fernández se resolviera tan rápidamente como lo hizo. Y esto no fue un trabajo de relaciones públicas. La decisión de Maresca de prácticamente confirmar al argentino como su nuevo vicecapitán ante el Real Madrid es una prueba más de que todo va bien dentro del vestuario.

Fue otra derrota del Chelsea en la gira, esta vez en Charlotte. Pero cuando James le entregó el brazalete a Fernández al ser sustituido, después de todas las especulaciones de las últimas dos semanas, el gesto fue tan bueno como cualquier victoria de pretemporada. Esta plantilla está unida. Es madura. Y están poniendo al Chelsea por delante de cualquier resentimiento individual persistente.

"Es uno de los jugadores importantes", declaró Maresca.

"Para ser sincero, creo que cuando cambiamos a Reece, le dio el 'brazalete' a Enzo y esto demuestra cómo se respeta a Enzo dentro de la plantilla. Creo que está bastante claro".

Al igual que con James y su liderazgo, "hablé con Enzo y con todos los implicados, pero esas conversaciones serán entre nosotros", ésta también fue una prueba para la gestión de Maresca. Y visto el resultado, tanto el capitán como el entrenador han demostrado ser dignos de sus cargos.

El fútbol se mueve rápido. De hecho, a una velocidad de vértigo. Pero no nos liemos. No hay que olvidar que se trataba de un incidente internacional. Los gobiernos de Argentina y Francia se insultaron. Los ministros fueron destituidos y restituidos. La FIFA y la Asociación han amenazado con intervenir.

Pero fueron los directamente implicados quienes mostraron la madurez y el liderazgo necesarios para superar este incidente de la forma más positiva. De hecho, mientras los jugadores de Francia y Argentina se tiraban los trastos a la cabeza en París, los del Chelsea daban la bienvenida a Fernández.

"Para ser sincero, todos nos sentimos muy cómodos, muy bien porque Enzo ha vuelto", declaró también Maresca esta semana. "Tuvo una charla con todos nosotros para aclararnos que no había malas intenciones y todos los chicos aceptaron".

"Todos hablan entre ellos, todos se ríen. Es exactamente lo que esperaba, porque sabía que nunca hubo malas intenciones y todos son buenas personas. Pero todos, a veces cometemos errores".

Ver a Fernández con el brazalete del Chelsea en Charlotte fue la confirmación. Si seguía habiendo problemas, no habría ninguna posibilidad de que sus compañeros aceptaran ser dirigidos por el argentino.

La actuación de James, apoyado por Maresca, fue una muestra pública de unidad. Lo que podría haber sido un desastre de pretemporada, no ha hecho sino unir más a la plantilla. Y eso es algo que el nuevo entrenador y su equipo pueden aprovechar.