El gran partido del año en Italia: El Inter, actual campeón, desafía al líder, el Nápoles
Los últimos resultados nos hablan de un Inter que viene de ganar tres partidos consecutivos sin encajar un solo gol, y de un Nápoles que, tras ganar en San Siro al Milan, se vio obligado encajó un duro correctivo en el Maradona ante la Atalanta de Gian Piero Gasperini.
Tras ser acusado de ser "corto de miras" por las dos ajustadas victorias contra Empoli y Lecce, Antonio Conte decidió jugar de tú a tú contra La Dea, mostrando coraje, pero olvidando que la Atalanta es probablemente el peor equipo al que se le puede jugar así de toda la liga italiana.
Olvidando o tal vez pensando que su equipo ya estaba preparado para aceptar y superar el reto con nota. Pero no fue así. Y el entrenador de Lecce no tuvo ningún problema en admitirlo: "El obstáculo era muy alto y lo hemos superado. Nos hemos encontrado con un equipo que, en mi opinión, es más fuerte que nosotros en estos momentos. Lo dije en la víspera del partido porque llevan muchos años en una trayectoria importante con el mismo entrenador y por eso están por delante del Nápoles'.
Admiración seria, hacia el conjunto de Gasp, hasta el punto de tomarlo como modelo de cómo le gustaría ver jugar algún día a su Nápoles: 'Enhorabuena a ellos, no hay que avergonzarse de ver al Atalanta como punto de referencia. Con paciencia y ganas de trabajar podemos crear algo parecido y quién sabe, quizá un día lleguemos a ser más fuertes que ellos'.
Conte, el paciente
La buena noticia para los aficionados azzurri es que el siempre escurridizo entrenador de Apulia parece dispuesto a invertir su tiempo en un proyecto a largo plazo en el Nápoles: "Necesitamos calma y paciencia, este equipo con Osimhen y Zielinski el año pasado terminó décimo a pesar de haber ganado el Scudetto hace dos años. No debemos desanimarnos, también necesitamos reveses como el sufrido ante la Atalanta y aceptar la derrota como deportistas. Haremos nuestro camino sin excesos, con equilibrio y realismo".
Un camino en el que ahora se cruza el obstáculo más alto y difícil, el campeón de Italia: "Ahora nos enfrentaremos al Inter, que para mí está a un nivel aún más alto que la Atalanta, pero queremos medirnos porque antes no éramos tan buenos y ahora no somos tan malos". Exacto: "medirnos" para entender si ya estamos a la altura de los mejores y demostrarnos ante todo a nosotros que podemos ser una alternativa real a los nerazzurri en la lucha por el título".
Queda por saber qué Inter será el que, esta noche, reciba a los partenopeos en el Meazza en el gran partido de la duodécima jornada del campeonato. Y sí, porque a pesar de las dos recientes victorias contra Empoli y Lecce, el camino de los nerazzurri en la Serie A ha sido de todo menos tranquilo.
Entre la Champions y la Serie A
Lo que más preocupa a Simone Inzaghi es la facilidad con la que la Beneamata encaja goles en el campeonato: ya son 13 los tantos recibidos tras sólo once jornadas de liga. Una cifra que adquiere proporciones aún más preocupantes si se compara con lo ocurrido en todo el campeonato pasado, durante el cual el Inter sólo encajó 22 dianas.
La naturaleza del problema, sin embargo, no parece residir en una cuestión táctica. Es evidente, de hecho, que cuando los nerazzurri saltan al campo concentrados, vuelven a convertirse en un muro infranqueable: "Hicimos una gran prueba, cero goles encajados ante Arsenal y City. Es la cuarta vez que dejamos la portería a cero en la Liga de Campeones", subrayó satisfecho el técnico de Piacenza al término del partido ganado a los gunners el miércoles pasado.
El desafío ganado con solvencia a los ingleses confirmó también que la plantilla actual del Inter es probablemente la mejor de las que dispone Inzaghi, como confirmó el propio timonel nerazzurro:"Son respuestas importantes, cuando hablo de 23 titulares no lo digo por decir. Ahora, sin embargo, debemos recuperarnos para el Nápoles". El objetivo está claro, continuar la escalada.