Un gol del Empoli en el descuento ante la Roma manda al Frosinone a la Serie B
Frosinone y Udinese afrontaban el último partido de la temporada con el fantasma del descenso sobre sus cabezas, pero, aunque muchos esperaban un partido discreto, el Udinese se lanzó al ataque de inmediato.
Su delantero brasileño Brenner dispuso de dos ocasiones en los primeros seis minutos, pero ninguna tuvo éxito. En primer lugar, su taconazo a la salida de un córner no pudo atravesar una multitud de cuerpos a los dos minutos, antes de que Michele Ceroforini se lanzara valientemente a sus pies cuando se disponía a marcar.
Los locales volvieron a meterse en el partido y, en el minuto 20, dispusieron de dos ocasiones consecutivas para adelantarse. Un potente disparo de Nadir Zortea fue desviado por Maduka Okoye, y el guardameta nigeriano del Udinese tuvo que intervenir en el saque de esquina resultante, al desviar acrobáticamente el cabezazo de Caleb Okoli.
Lo más cerca que estuvieron los dos equipos en la primera parte fue en el minuto 40, cuando Matías Soulé sacudió el travesaño con un potente lanzamiento de falta.
Con el Empoli empatando con la Roma al descanso, ambos equipos afrontaron los últimos 45 minutos de la temporada con la cabeza en otro lado, pero eso cambió casi de inmediato para los hombres de Fabio Cannavaro, ya que un centro de Marco Brescianini acabó en el poste.
No se trataba de un asedio a la portería del Udinese, pero las ocasiones caían del lado de los canarini, y tras habérselas negado en la primera parte, Okoye volvió a emplearse a fondo para rematar al poste un balón desde la frontal del área de Zortea a la hora de juego.
Aunque los friulanos habían estado bajo presión, un inspirado cambio de Cannavaro provocó el delirio del público visitante al entrar en el último cuarto de hora.
Keinan Davis sustituyó a Brenner en la reanudación y marcó desde seis metros después de que Lorenzo Lucca bajara el balón con el pecho.
Los hombres de Eusebio Di Francesco se quedaron en la orilla, y el gol de la victoria del Empoli en el tiempo añadido los dejó en la zona de descenso en el último suspiro de una larga temporada, al tiempo que aseguraba la permanencia del Udinese en la Serie A por trigésima campaña consecutiva.