El supercampeón Real Madrid aniquila al Barcelona (4-1)
La gloria del Clásico la saboreó el Real Madrid, pero no con un sorbo sino con los cuatro con los que destrozó al Barcelona. Un ataque mortal, bestial, monumental, liderado por un Vinicius estratosférico con su triplete. Una defensa fiable, donde Lunin apareció cuando las paradas aún importaban. Si Araujo habló el año pasado de una nueva era, ¿qué se podría decir de lo ocurrido en esta edición donde los de Ancelotti barrieron a su eterno enemigo? La Supercopa ya tiene un campeón, más que merecido, más que justo. Un supercampeón.
Era un suicidio la idea de Xavi de adelantar tanto la línea defensiva. Como una invitación a un parque de atracciones para Vini y Rodrygo, que podían matar al espacio con su velocidad. Fue Bellingham el primero en entenderlo. Metió un pase interior al que Koundé no llegó y Vini se quedó solo ante Iñaki Peña. Regate largo y disparo a puerta vacía para abrir el marcador.
Un minuto después, el portero del Barça salvó el segundo a disparo de Rodrygo, con su defensa muerta de risa. Pero en el 10', ya no pudo evitar el doblete de Vinicius a pase de su compatriota. Con la zaga azulgrana de vacaciones, la conexión brasileña puso el 2-0 y llevó el éxtasis a la grada, mayoritariamente blanca, del Al Awal Park.
Lewandowski, al rescate
Sin balón era un desastre, pero con él, Ferran, el más incisivo, pudo meter a los suyos inmediatamente en el encuentro. El larguero impidió su gol, del mismo modo que Lunin evitó el de Lewandowski, que se había hecho con el rechace. A pesar de esas oportunidades, jugaba el Barça en el alambre, a 40 metros de su portería, vendido en caso de perder la bola. Por suerte para ellos, el Madrid bajó sus defensas en exceso y le permitió merodear su área con frecuencia. Y ahí, en el 32', apareció Lewandowski para marcar el 2-1 con una preciosa y precisa volea.
El hat-trick de Vini
Entendieron los de Ancelotti que había que atacar otra vez. Y buscar a Vinicius. Araujo, para evitarlo, lo agarró del cuello en el área. Penalti que el 7 lanzó para firmar un hat-trick ¡en 38 minutos!
A pesar del marcador, la única modificación que hizo Xavi al descanso fue adelantar a Pedri a la mediapunta. La posesión era suya, pero la verticalidad y el peligro vestían de blanco. Una y otra vez. De ahí que se acordase de Joao Félix, Lamine Yamal y Fermín. El problema, sin embargo, aunque también, no estaba sólo arriba, sino atrás. Y cuando el Madrid salía a la contra, mordía y mataba. Así lo hizo Rodrygo, que se encontró un rechace de Koundé para sentenciar la final.
La impotencia llevó a Araujo a jugarse la segunda amarilla. Y se la llevó por una patada a Vinicius, dejando con 10 a los suyos los últimos 20 minutos. Tiempo en el que los merengues perdonaron el quinto en varias ocasiones y en el que Lunin demostró ante Joao Félix por qué es el portero titular del campeón de la Supercopa de España.
Jugador Flashscore del partido: Vinicius Junior (Real Madrid).