Malos resultados, juego aburrido... ¿el fin de una era para la selección francesa?
Además del resultado, preocupa la capacidad del equipo para encontrar soluciones en los momentos difíciles. El 9 de julio del año pasado, contra España, el escenario fue casi idéntico, con la diferencia de que Kolo Muani abrió el marcador a los 9 minutos de juego, y no a los 13 segundos como había hecho Barcola. Pero después de eso, el rival pudo empatar y luego remontar, sin que Les Bleus consiguieran limitar los daños en los periodos español e italiano.
¿Quién tiene la culpa? ¿Es culpa de una generación dorada que, como Antoine Griezmann y N'Golo Kanté, se acerca al final de su carrera y aún no ha encontrado a sus sucesores? ¿O a los jóvenes, todos ellos de gran talento, pero que quizás aún no tienen lo que hace falta para asumir el estatus de internacionales? ¿O, por último, a Didier Deschamps y su cuerpo técnico, que últimamente tienen dificultades para ser tácticamente eficaces cuando el partido lo exige? He aquí cómo.
En una torpeza sin fin, a los Bleus les frena la torpeza
La selección francesa sólo ganó el 36% de sus partidos en todas las competiciones en 2024 (4/11). Es su porcentaje de victorias más bajo en un año natural desde 1992 (18%). Una estadística que dice mucho de la travesía del desierto que están viviendo los jugadores de Didier Deschamps. Tras una Eurocopa de todo menos célebre, con sólo 2 victorias en 6 partidos, se esperaba un estallido de frescura en septiembre, sinónimo de renovación, pero no ha sido así.
Sólo Michael Olise, Manu Koné y Loïc Badé, que estuvieron en los Juegos, fueron las caras nuevas en la lista del seleccionador, mientras que otros como Lucas Chevalier, Maghnés Akliouche, Désiré Doué, Malo Gusto, Kiliann Sildillia, Quentin Merlin y Mathys Tel se quedaron fuera o con los Espoirs.
Desde luego, no se trata de crear una revolución de la noche a la mañana -aunque a nuestros vecinos españoles les haya funcionado a largo plazo-, sino de empezar a probar cosas e ir integrando poco a poco a los jóvenes talentos más prometedores del fútbol francés. Los nombres mencionados no son aleatorios.
No tengamos miedo al poder de las palabras: el portero del LOSC tiene potencial para ser un guardameta generacional. Los centrocampistas ofensivosdel AS Mónaco y del PSG tienen un talento inmenso, y sus fuerzas aportarían frescura y creatividad a un mediocampo cada vez más oxidado. En cuanto a los dos laterales derechos, no hace falta explicarlo. Basta con ver el gol de Dimarco y la colocación de Jonathan Clauss. El jugadordel OM es el gran beneficiado de la llegada de Roberto De Zerbi y sus cualidades le convierten en un jugador polivalente (un lateral que puede jugar más centrado). Finalmente, el último es quizás una de las grandes pepitas del fútbol francés.
Los españoles no tuvieron miedo de cerrar la puerta a los entrenadores intocables y dar las llaves a los jóvenes. Empezó con Luis Enrique y Luis de la Fuente siguió su ejemplo. Cuando este último tuvo que poner de inicio a Nico Williams, con poca experiencia internacional, y a Lamine Yamal, de 17 años, al seleccionador no le tembló el pulso.
Pero las comparaciones no suelen ser lo mejor, sobre todo cuando tienden a establecer paralelismos entre dos formas de trabajar. Luis de la Fuente no es Didier Deschamps, y viceversa. El técnico francés es partidario de la estabilidad, la continuidad y la solidez de una plantilla. Y en materia de táctica, todo el mundo conoce su pragmatismo a la italiana, que tiende a hacer su fútbol eficaz pero soporífero.
El problema es que esta eficacia parece haber desaparecido. En cualquier caso, en 2024, ya no le acompaña. Entonces, ¿no es hora de empezar a pensar en la era post-DD? Con su contrato a punto de expirar tras el Mundial de 2026, ¿van a dejar los directivos en su puesto a un entrenador al que parecen habérsele acabado las ideas... y la suerte? Esa es la tendencia. Y antes de que suene la última alarma, sentémonos en nuestro sofá este lunes por la noche y analicemos bien lo que Deschamps tiene que ofrecer después de la goleada en el Parque de los Príncipes.