Como punto de partida para contar su experiencia en el universo Red Bull comenzó describiendo el grado de exigencia que debió soportar desde que firmó su primer contrato profesional con la escudería: “En el año 2005 firmé mi primer contrato con Red Bull y a partir de ahí se acabó mi adolescencia”, dijo el Jaime Alguersuari. “Solo querían construir una máquina de matar”, incidió.
“Yo nunca fui la niña de mis ojos de Red Bull porque tenía un compañero, que en ese momento era Brendon Hartley, que era el favorito”, explicó haciendo referencia a la necesidad que tenía de esforzarse mucho más que los otros pilotos para conseguir lo mismo. Aún así, logró llegar a la Fórmula 1.
A partir de ahí, dio un salto en el tiempo para recorrer su corta estancia en F1 (2009-2011), saldada con 46 Grandes Premios disputados: “Hicimos 31 puntos al final de mi carrera deportiva. Haciendo séptimos, octavos. Consistentemente en los puntos. Lo que me pedía Red Bull era inviable, no podíamos ganar una carrera con ese coche”, aseguró.
La peor decisión de su carrera
2011 fue la temporada de su despedida de los circuitos de Fórmula 1. Su salida del Mundial se precipitó por un desafortunado fallo de elección a la hora de decidir si cambiar el rumbo de su trayectoria deportiva: “Cuando tenía 21, mi última temporada de Fórmula 1, tuve una oportunidad de irme con Renault para ser compañero de equipo de Kimi (Raikkonen). Podía hacerlo, porque mi contrato se acababa ese año, pero la decisión era difícil”, apuntó Alguersuari.
Finalmente se decantó por continuar donde estaba y los acontecimientos se precipitaron de forma muy negativa: “No firmé ese contrato. Dejé pasar esa oportunidad confiando en que haríamos una temporada más en Toro Rosso y el año siguiente pasaría a correr con Red Bull Racing”, señaló, dejando clara su intención de triunfar con Red Bull en aquél momento.
“Mi error y lo pagué muy caro. Lo pagué carísimo. Ni yo ni nadie nos esperábamos que se esperaran hasta el último día de diciembre para echarnos del equipo de aquella manera y sin oportunidad de firmar con algún equipo que tuviera un coche mínimamente decente”, dijo bastante decepcionado. “Me quería morir”, sentenció el catalán.