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Jaume Munar remonta contra Tim van Rijthoven en un partido de casi tres horas

Jaume Munar remonta contra Tim van Rijthoven en un partido de casi tres horas
Jaume Munar remonta contra Tim van Rijthoven en un partido de casi tres horasProfimedia
El tenista español sufrió de lo lindo para vencer al neerlandés, número 113 del ranking ATP, pero consiguió avanzar hasta los octavos de final del torneo de Amberes.

Fue un encuentro larguísimo que casi alcanza los 180 minutos desde el primer juego hasta el último. Dos de los tres sets llegaron hasta el tie break. Jaume Munar partía como favorito, pero se encontró con un muy duro rival en los dieciseisavos de final. El potente saque del neerlandés, que anotó 15 puntos de forma directa, fue insuficiente para que se llevara la victoria.

Diez de esos 15 aces tuvieron lugar en el primer set. Por el contrario, el español se marchó de vacío en esa faceta, un contraste poco frecuente, aunque no fue el único aspecto con amplias diferencias entre uno y otro. Van Rijthoven protagonizó 24 golpes ganadores (frente a los cuatro de su oponente) y, por contra, cometió 18 errores no forzados, 12 más que Munar. Este último desperdició dos bolas para apuntarse el 0-1, pero no consiguió certificarlo.

Pese a ese duro golpe, el mallorquín logró dominar desde el principio en la segunda manga. Consiguió romperle el break a su rival en el primer juego y terminó certificando el empate con autoridad. Esta vez sí, en la primera ocasión clara que tuvo para poner el 1-1 en el tanteador, no falló. Otra vez, el tenista neerlandés superó con creces (el triple) a su oponente en lo que a errores no forzados se refiere (12 frente a cuatro), una situación que se volvió a producir en el siguiente y último, esta vez con una amplísima diferencia: de los 22 de Tim a los dos de Jaume.

Con todo por decidir, el número 55 del mundo tuvo que lidiar con un 3-0, un 4-1 y un 5-2 en contra. Se le complicaba muchísimo la victoria, pero se mantuvo fuerte de mente y siguió confiando en sus posibilidades. Parecían pocas, ya no solo por el resultado, sino porque necesitaba que su rival -muy potente en el saque- perdiera el servicio. Y lo consiguió tras dejar al neerlandés en blanco, algo todavía más sorprendente, hasta llegar al desempate, que cayó del lado de Munar (4-7).

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