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Idalys Ortiz y los Juegos de París, la ambición desmedida de la reina cubana del judo

AFP
Idalys Ortiz disipa las dudas a base de respuestas.
Idalys Ortiz disipa las dudas a base de respuestas.DIMITAR DILKOFF / AFP
La de Pinar del Río se desparrama en una silla tras completar el tradicional entrenamiento posterior al 'Paris Grand Slam' de judo, en el que no compitió por un virus. Está lejos de su mejor forma, pero que nadie se preocupe. "Volveré en busca de mi quinta medalla", prometió en febrero.

No es fácil encontrar a los 34 años y tras casi dos décadas de trayectoria el punto de ajuste a un físico tan especial. Con 1,70 metros y 140 kilos, el médico de la selección cubana subraya necesita perder algo de peso para presentarse en París, que arrancará el 26 julio y terminará el 11 agosto, en su pico de forma.

"Debe ir bajando progresivamente, a ver si para los Juegos está en 130 o 135. Tenemos tiempo", comenta Edel Robaina en conversaciones a la AFP.

"El objetivo siempre es la medalla"

Casi seis meses antes, la judoca de las cuatro medallas en la categoría de +78 kg -oro en Londres, platas en Río de Janeiro y Tokio, bronce en Pekín- lideró el amplio equipo cubano presente en la capital francesa.

"Todavía estoy ronca, me cogió un virus, pero estoy bien. Esto es lo me gusta, si no estuviera motivada estaría en mi casa, y más cuando se trata de una quinta medalla en los Juegos", explica en el Dojo de París tras un entrenamiento internacional con más de 500 judocas, punto y final al 'Grand Slam', espectacular prueba celebrada ante 15.000 espectadores.

"Donde me presente voy a competir y dar el máximo. Ir a una competición y participar no es una opción, el objetivo siempre es la medalla", avisa.

La de Candelaria, a 84 kilómetros al suroeste de La Habana, es la última en incorporarse al saludo colectivo protocolario previo al entrenamiento. Más de 200 compañeras observan su carrerita. Con Idalys presente, pueden comenzar los combates.

Idalys, en la sesión preparatoria de París.
Idalys, en la sesión preparatoria de París.DIMITAR DILKOFF / AFP

Consciente de su condición de referencia, Ortiz combina llaves de judo y charlas amistosas: "Siempre hay alguien que se acerca y me dice, '¿tú cómo consigues hacer esto?'. Desde la experiencia les digo, no es lo que yo viví, es lo que te toca vivir a ti, pero yo lo conseguí así".

"Siempre estoy sonriente. Más que un deporte de combate, el judo es una familia, una hermandad donde se labra un camino y se crean lazos de amistad por el mundo entero, esto es lo más bonito", destaca.

"Visualización, objetivo y sacrificio"

Idalys cree que el paso de los años le han dado una experiencia que le permite mantenerse en la vanguardia de su deporte: "Hago el mismo entrenamiento que las jóvenes, lo han visto y no creo que existan diferencias. Tengo edad para ser entrenadora, pero por ahora me veo entre las figuras que van saliendo".

En Londres logró lo imposible: quebrar la hegemonía china y japonesa. Nunca antes una judoca nacida fuera del continente asiático había reinado en la categoría de +78 kg desde que se abrieron las puertas a las mujeres en Barcelona.

¿Es posible que sea capaz de recuperar el oro en París 12 años después?

"La opción es una, llegar en las mejores condiciones a los Juegos. No me detengo a mirar la edad, si lo hago, me hubiera retirado hace diez años", dice con determinación la deportista, potencia y técnica pulida gracias a sus entrenamientos con hombres, al no encontrar rivales en su país durante su etapa de formación.

El plan de su reconquista lo resumen en un lema: "Visualización, objetivo y sacrificio, simplemente".

¿Y cómo será la vida de Ortiz cuando cuelgue el kimono? "Todavía está en 'veremos'", responde cuando se le pregunta por la posibilidad de retirarse tras París.

"Lo estamos pensando, tengo otros proyectos y muchas cosas por hacer. No quiero anticipar nada sobre lo que va a pasar con la vida de Idalys, se verá el camino", dice con misterio la carismática deportista, licenciada en cultura física y deportes.