Opinión: La inestimable virtud de saber ganar, en peligro de extinción
En la era de la ‘padreada’ en la que nos encontramos, parece que cuanto más menosprecies a tu rival, más gracioso eres. Así lo ha debido entender el ‘Dibu’ Martínez (30), que en los últimos días ha utilizado el ser campeón del mundo para convertirse en el payaso de la clase y mostrar la mayor de las podredumbres en valores.
Curiosamente cuanto menos ganas a lo largo de tu vida, peor te comportas a la hora de festejar. No olvidemos que el meta de la albiceleste ha sido una medianía hasta hace bien poco. Su carrera no es nada especial, dentro de la dificultad de ser futbolista profesional.
De inteligencia tampoco anda sobrado el de Mar del Plata. En lugar de conformarse con ser el héroe de la final del Mundial, decidió dejar una imagen lamentable poniéndose el Guante de Oro del torneo en sus partes nobles. La explicación, la de un niño bobo: "Lo hice porque los franceses me abucheaban”.
El último despropósito llegó casi dos días después de levantar la copa. Con tiempo de sobra para recapacitar, el ‘Dibu’ siguió en su línea: le puso la cara de Kylian Mbappé (24) a un bebé de juguete y lo paseó durante el desfile de bienvenida ante todos los hinchas argentinos. Una muestra más de su mal ganar.
Puestos a ‘padrear’, el joven delantero francés le metió tres goles a Martínez en la final mientras él no era capaz ni de poner la mano firme. A ver quién es el ‘padre’ de quién. Recurriendo a términos que pueda entender el meta de la selección de Argentina, la debe tener muy dentro con el de Bondy para hacer todo lo que está haciendo.
Tristemente, los comportamientos del ‘Dibu’ son completamente respaldados por todos los que le rodean. Ya vimos a Messi (35) a su lado tan tranquilo mientras sostenía el muñeco con la cara de su compañero en el PSG. Están poniendo en peligro de extinción algo tan bonito como saber ganar y a nadie parece importarle.
De perder y aprender tenemos muchas oportunidades, pero no son tantas las de ganar y comportarse bien. Por ello, tal vez, deberían empezar a enseñarnos a ser nobles en la victoria, no solo en la derrota.