En muy poco tiempo se ha pasado del “baila, Vini, baila” a justificar los insultos y provocaciones que recibe Vini Jr. en todos y cada uno de los campos que visita. Además, sus rivales saben que los árbitros no le miran con muy buenos ojos y aprovechan para coserle a golpes partido tras partido.
El joven futbolista de Río de Janeiro, que no es de esos que se amilanan ante nadie está cansado de la situación y no duda en hacerle frente a quienes tratan de lesionarle. Ello, en lugar de producir empatía entre los que rodean el negocio del fútbol, ha desembocado en una oleada de críticas al jugador blanco. Parece ser que recibe lo que merece, según algunos.
Porque claro, el fútbol no consiste en jugar y ganar del modo más bonito posible. Ahora lo correcto es que un individuo de 40 años como Pepe Reina, más conocido por sus dimes y diretes en Twitter que por ser el tipo de los chistes de la selección española, emplace a un chico de 22 años, que lo único que pretende es cuidar el balón, a mostrarle quién sabe qué fuera del estadio.
Y es que Vinicius lo único que hace es enriquecer el deporte que amamos cada vez que pisa el césped. Aún siendo el hombre que más faltas recibe, es el que regatea con mayor éxito en LaLiga. La única forma que encuentran de pararle es a golpes y, como los árbitros no le pitan ni la mitad de las que son, se ha convertido en norma derribarle a toda costa.
Se alaba más a los jugadores que utilizan todo tipo de artimañas para detenerle que a aquellos que se valen de su calidad y recursos lícitos. No se habló casi nada del partidazo que hizo Iván Fresneda (18), del Real Valladolid, contra el extremo merengue. Tampoco interesó decir que ese día a Vini tampoco se le vio enfrentándose con nadie, hasta que desde la grada le insultaron los racistas de turno.
La mediocridad por bandera
De todos modos, parece que la permisividad depende del color de la camiseta que vistas. ¿Cuántas veces escuchamos en el pasado eso de “hay que proteger a Messi (35)”? Respondo, muchas. Sin embargo, con Cristiano Ronaldo (37) la cantinela no era la misma. Porque claro, el luso se lo buscaba siendo un “chulo”.
España vive instalada en la más absoluta mediocridad futbolística. Parece mentira en un país que ha tenido una de las mejores selecciones de la historia. Ahora el referente es Gavi (18), un chico sin mucho talento, pero tribunero. Si no llega al balón, da una patada para que parezca que se ha esforzado. Y se le aplaude.
El centrocampista del FC Barcelona es el tercer jugador que más faltas comete en LaLiga. Hay días, como contra el Getafe, en los que es mejor encerrarle y tirar la llave por el bien de la seguridad pública. Pero al final del día, el alborotador y malcriado es Vini Jr. ¿Quién le mandará hacer esos regates y esos goles tan bonitos? ¡Qué ofensa!
No nos engañemos, los grandes jugadores vienen a nuestro país, cada vez más, porque es la única forma de jugar en el Real Madrid. Desde luego, el trato que se les da a las estrellas que no visten de blaugrana no es lo que les hace tomar la decisión. Tal vez esos que buscan los horarios idóneos para que los chinos vean LaLiga tendría que pensar en proteger a los que revalorizan el producto, pero, mientras esperamos a eso, la culpa siempre será de Vinicius, aunque se demuestre lo contrario.