París lanza sus Juegos Olímpicos con una ceremonia espectacular pasada por agua
El acto comenzó con la retransmisión de una película protagonizada por el cómico local Jamel Debbouze y el exfutbolista Zinédine Zidane en el Estadio de Francia, y 10 minutos más tarde la embarcación con la delegación griega dio inicio al tradicional desfile de los deportistas.
Diez minutos más tarde, a las 19:40 horas se abrió un muro de agua bajo el puente de Austerlitz, liberando el paso a esta embarcación, la primera de las 85 que transportaban a los cerca de 6.500 participantes en el desfile hasta Trocadero.
Al mismo tiempo comenzó el espectáculo musical, dirigido por Thomas Jolly, una de las estrellas de la escena francesa y conocido por el exitoso musical de ópera-rock Starmania, con casi 2.000 bailarines y figurantes, y la actuación de artistas de renombre mundial como la reina del pop estadounidense Lady Gaga, que interpretó "Mon truc en plumes" de Zizi Jeanmaire, canción emblemática del music-hall francés.
Lady Gaga y Aya Nakamura
"Me conmueve mucho haber recibido la propuesta del Comité Olímpico de cantar una canción francesa tan singular, una canción en honor a los franceses y su increíble historia artística", afirmó la cantante y actriz americana en su cuenta de Twitter.
También actuó Aya Nakamura, la cantante francófona más escuchada del planeta y cuya presencia en el acto fue vivamente criticado por la ultraderecha francesa.
"¡Qué vergüenza! La apertura de los Juegos Olímpico es un saqueo a la cultura francesa", escribió en Twitter el portavoz de la Reagrupamiento Nacional (RN, extrema derecha, ganadora de las elecciones europeas celebradas en junio) tras la actuación de la cantante de origen maliense.
La ceremonia sirvió para homenajear a una decena de mujeres francesas en sus ámbitos (como Olympe de Gouges, Simone Veil o Gisèle Halimi), con sus figuras saliendo desde el fondo del Sena y también tuvo su cuota de protagonismo la catedral de Notre Dame.
Artistas con uniformes de obra bailaron en los andamios de la catedral, gravemente dañada en un incendio en 2019 y que se espera reabra sus puertas el 8 de diciembre tras años de reforma.
Colas en los accesos
La lluvia no fue el único problema que sufrieron los organizadores y los cerca de 320.000 espectadores al evento (unos 200.000 de manera gratuita): un incidente informático provocó que fueran anuladas algunas de la entradas necesarias para acceder a la ribera del Sena.
Se formaron largas colas en los accesos y algunos espectadores informaron que tardaron casi unas horas en superar los férreos controles de seguridad que montaron las autoridades para evitar cualquier incidente, en un país aún marcado por los sangrientos atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015, que dejaron 130 muertos en París.
Ese dispositivo de seguridad, formado por 45.000 policías y gendarmes, soldados y miles de agentes de seguridad privada, además de 2.000 miembros de las fuerzas de seguridad de varios países aliados de Francia, no evitó que en la madrugada del viernes la red ferroviaria francesa fuera víctima de un "ataque masivo" que paralizó durante las primeras horas del día buena parte del tráfico de la mitad norte del país.
De vuelta a la ceremonia, que por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos se realizó fuera de un estadio, fue presenciada en directo por personalidades y hasta 85 mandatarios de un mundo en tensión por las guerras en Ucrania y Gaza.
"Imagine"
La ausencia más notoria fue la de Vladimir Putin, a raíz de la exclusión de Rusia por la invasión de Ucrania. Su par ucraniano, Volodimir Zelenski, no figuraba en la lista de invitados.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando la cantante Juliette Armanet interpretó la canción de John Lennon "Imagine", convertida en un himno a la paz.
El que presenció también la ceremonia, pero desde el balcón de un edificio cercano, fue la estrella española del tenis Rafa Nadal, acompañado por su mujer y su hijo, antes de tomar parte en el torneo olímpico.