Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad

El fiasco de la final de Champions marca los preparativos del Mundial de Rugby y de París 2024

AFP
Servicios de emergencia y bomberos, durante un simulacro de cara a los Juegos Olímpicos
Servicios de emergencia y bomberos, durante un simulacro de cara a los Juegos OlímpicosAFP
El fiasco de la final de la Liga de Campeones celebrada hace un año en el Stade de France marca los preparativos de seguridad de los Juegos Olímpicos de París 2024 y del Mundial de Rugby del próximo otoño.

Aglomeraciones, intentos de entrar a la fuerza al recinto, familias rociadas con gases lacrimógenos, robos... aquella final del 28 de mayo de 2022, que derivó en una pesadilla, condiciona las decisiones y las reuniones que las autoridades francesas organizan para preparar estos dos grandes eventos deportivos de los próximos meses.

Para aumentar la seguridad, el Parlamento galo acaba de votar la posibilidad de dotar a las cámaras de videovigilancia de algoritmos para detectar movimientos sospechosos de la muchedumbre, obstáculos o paquetes abandonados.

Aunque las autoridades francesas ya se habían planteado este tipo de medidas antes, el fiasco de la final de la Champions aceleró su adopción.

Más cámaras

El gobierno francés informó este martes que se ha invertido un millón de euros en aumentar el número de cámaras de seguridad alrededor del Stade de France.

Para el Mundial de Rugby (del 8 de septiembre al 28 de octubre) se movilizarán 3.000 policías y gendarmes de media, una cifra que podría aumentar a 5.800 miembros de seguridad en momentos puntuales, con "la gestión de los flujos" de aficionados como uno de los grandes objetivos, reveló Michel Cadot, delegado interministerial para los Juegos Olímpicos.

Los diferentes actores han destacado también que desde el nombramiento de Laurent Nuñez como máximo responsable de la prefectura de policía de París en sustitución de Didier Lallement, considerado uno de los responsables del fracaso de la final de Champions, el diálogo ha mejorado.

"Se trabaja mejor con la prefectura de policía, tenemos reuniones preparatorias, hay más policía circulando, brigadas ecuestres", asegura un responsable del Stade de France.

El informe independiente solicitado por la UEFA para estudiar lo ocurrido en el Stade de France describió una "policía lenta en reaccionar", criticando duramente a las autoridades francesas y a la propia instancia futbolística.

Entradas falsas

Otro tema de preocupación es la falsificación de entradas. El ministro francés del Interior Gérald Darmanin responsabilizó de lo sucedido en el Stade de France a "un fraude masivo", con miles de seguidores del Liverpool (entre 30.000 y 40.000, según el responsable) queriendo entrar en el estadio con entradas supuestamente falsas. Esa acusación provocó una gran polémica. Según los últimos datos, "se puede decir que hubo menos de 5.000 entradas falsas", indicó a la AFP el fiscal de Bobigny Eric Mathais, encargado de la investigación.

Para los Juegos, las entradas cumplirán con los estándares electrónicos. Incluso el Senado francés ultima un decreto que prevé "títulos de acceso nominativos, digitales e infalsificables".

Varios días después de la publicación del informe de la UEFA en el que se castigó con dureza la organización francesa, la ministra de Deportes Amélie Oudéa-Castéra aseguró haber "sacado todas las lecciones" de lo sucedido.

La reciente licitación pública para la venta del Stade de France "ha reavivado todos los traumatismos" de la final, declaró una fuente a la AFP. El Estado, propietario del recinto, exige "actualizaciones y/o adaptaciones" en materia de seguridad pública: "Billetería y controles de accesos en las puertas, tornos de acceso, vallas, información al público en las puertas, ampliación del material informático, almacenamiento de las imágenes de video".

Todo ello en nombre de la seguridad.