Porque han sido 92 los títulos que ha 'mordido' el de Manacor. De ellos, 22 Grand Slams. A saber: 14 Roland Garros, cuatro US Open, dos Open de Australia y dos Wimbledon. Sin olvidar, entre otros, las cinco Copa Davis sumadas con España o los dos oros olímpicos. Un currículum impresionante que le llevó a batir decenas de récords, entre ellos el haber logrado 23 victorias contra números 1 del mundo, y haber permanecido 906 semanas consecutivas en el Top 10 (2005-22), incluyendo 209 semanas como líder del ranking.
Sus 22 Grand Slams
Hablar de Rafael Nadal es hacerlo del rey de la tierra batida, de la arcilla parisina, donde se ganó el honor de tener una estatua en las instalaciones donde se disputa el Abierto de Francia. Allí, en Roland Garros, ha triunfado en 14 ocasiones.
Roland Garros
2005: vs Mariano Puerta por 6-7, 6-3, 6-1 y 7-5.
Con 19 años recién cumplidos, en su primera participación en París, el joven Nadal sorprendió al mundo entero con su forma de pegarle a la pelota y su espíritu incansable de lucha. Ahí nació su leyenda.
2006: vs Roger Federer por 1-6, 6-1, 6-4 y 7-6.
La primera final entre los dos grandes rivales del siglo XXI. El suizo dominaba el mundo de la raqueta como quería, pero el 'insolente' español se presentó sin complejos para evitar que se llevase la ansiada Copa de los Mosqueteros. Comenzó entonces una ferviente competencia por convertirse, hasta la aparición de Djokovic, en el mejor de la historia.
2007: vs Roger Federer por 6-3, 4-6, 6-3 y 6-4.
Esta vez el suizo parecía más preparado que nunca. Incluso ya le había ganado en Roma. Pero la capital francesa era otra cosa y ahí de nuevo reinó Nadal.
2008: vs Roger Federer por 6-1, 6-3 y 6-0.
Quizás la peor derrota en la carrera del genial suizo. Al menos la que más daño le hizo, como él mismo reconocería años después. Y la confirmación de que daba igual lo que hiciera. Rafa era imbatible en la arcilla, un ciclón.
2010: vs Robin Soderling por 6-4, 6-2 y 6-4.
La venganza se sirve en plato frío, debió pensar Nadal. El primer partido que perdió en el Abierto de Francia en su vida fue contra Soderling en 2009. Un mal día lo puede tener cualquiera. Pero el año siguiente, Rafa se tomó su cumplida revancha y arrasó en la final al sueco.
2011: vs Roger Federer por 7-5, 7-6, 5-7 y 6-1.
Era su kryptonita. Roger quería ganar en la final a Rafa. Federer quería demostrar al mundo que no había nada imposible para él, pero ni siquiera jugando a un nivel excelso pudo con su rival y, sin embargo, amigo. Porque si el helvético jugó bien, lo del balear fue apoteósico.
2012: vs Novak Djokovic por 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5.
El serbio ya se codeaba con los dos grandes del momento, llegaba como. número 1, pero quería más, tenía un hambre voraz... pero fue borrado de un plumazo por un Nadal al que poco le importó que la lluvia suspendiera la final y tuviera que acabar un día después. Mientras fuera en la tierra batida, Nole aún tendría que aguantar un poco más la superioridad de su archirival.
2013: vs David Ferrer por 6-3, 6-2 y 6-3.
En una fiesta para el tenis español, el ahora capitán de la Davis, soñó con dar la sorpresa. Imposible. Nadal le pasó por encima para sumar su octavo título parisino.
2014: vs Novak Djokovic por 3-6, 7-5, 6-2 y 6-4.
Una vez más, 'Djoker' retó a 'Nadalec'. Le superó en el primer set y en parte del segundo... hasta que el rey dijo basta a la sublevación y volvió a obligar al aspirante al trono a doblegarse ante él.
2017: vs Stan Wawrinka por 6-2, 6-3 y 6-1.
Tres años de ausencia en la final, con las lesiones ya haciendo mella en su castigado cuerpo, no fueron problema para el tenista manacorí, quien arrasó al suizo sin darle apenas opción. Cada vez que pisaba la pista central, se transformaba un animal insaciable que destrozaba a quien osaba ponerse en frente. Así sumó su 10ª corona en Francia.
2018: vs Dominic Thiem por 6-4, 6-3 y 6-2.
Si alguien quería jubilarle, ese no iba a ser el austriaco. Tal y como le sucedió a tantos y tantos rivales, si Nadal estaba en la final, Nadal la ganaba. A nadie más le pertenecía ese trozo del mundo, esa Copa a la que se comía a mordiscos.
2019: vs Dominc Thiem por 6-3, 5-7, 6-1 y 6-1.
No contento con su derrota el año anterior, Thiem lo volvió a intentar, convencido de que con un año más de madurez, todo su talento podría acabar ya con el 'viejo'. Pero a pesar de su valentía, en cuanto igualó a un set, desató la furia de Rafael que terminó destrozándole.
2020: vs Novak Djokovic por 6-0, 6-2 y 7-5.
De igual modo que había hecho con Federer en 2008, Nadal afrontó la finalísima con un gran favoritismo para su oponente. Palabrerías. Nole podía ganarlo todo, pero no podía derrotar en una final de Roland Garros a su peor contrincante. Tuvo que rendirse ante la infinita superioridad en la pista de un grandioso campeón.
2022: vs Casper Ruud por 6-3, 6-3 y 6-0.
Nadie lo sabía por aquel entonces, pero esta final sería la última que la pista Philippe-Chatrier vería triunfar a su adorado Rafa. Como en las 13 veces anteriores, sólo hubo un tenista sobre la pista con opciones de ganar. El noruego ni se lo creyó cuando vio delante al monstruo que devolvía todos los golpes, que apenas cometía errores y que ni siquiera tuvo piedad de él con el rosco en el tercer y último set. Grande, Rafa.
US Open
2010: vs Novak Djokovic por 6-4, 5-7, 6-4 y 6-2.
Para completar el cuadrado mágico, a Nadal sólo le faltaba un Grand Slam por ganar. Lo consiguió en 2010 y ante Novak, con lo que supo aún mucho mejor. Se suponía que la pista dura le iba muy mal a las rodillas del español...
2013: vs Novak Djokovic por 6-2, 3-6, 6-4 y 6-1.
Era la tercera vez que se encontraban en la pista central de Flushing Meadows, con un triunfo para cada uno. El desempate, después de más de tres horas de tenis de alta escuela, fue para Nadal.
2017: vs Kevin Anderson por 6-3, 6-3 y 6-4.
Este sudafricano al que pocos, salvo los muy freakies, recuerdan, no fue rival en Nueva York. Quizás fueron más complicadas las semifinales contra Del Potro, que había eliminado a Federer en cuartos. O quizás es que Nadal jugaba de tal manera que Anderson quedó minimizado.
2019: vs Daniil Medvedev por 7-5, 6-3, 5-7, 4-6 y 6-4.
Sin duda, uno de los partidos, con un título en juego, más complicados que ha tenido Nadal en su carrera. El ruso lo llevó al límite, le buscó las cosquillas, pero cuanto más difícil parecía, más elevaba el nivel de Super Saiyan. Fueron cinco horas de encuentro con final feliz para quien sumó su cuarto entorchado en Estados Unidos.
Wimbledon
2008: vs Roger Federer por 6-4, 6-4, 6-7, 6-7 y 9-7.
Cómo no, tenía que ser contra el suizo ante quien Nadal consiguiera una histórica victoria sobre la hierba londinense. Si había que buscar la épica, pues se buscaba. La superficie que mejor se le daba a Federer y la que, a priori, peores condiciones tenía para las cualidades de Rafa. Era la tercera final consecutiva entre ambos en el All England Club y Roger quería someter a Rafa del mismo modo que éste le hacía en Roland Garros. Ya llevaba dos victorias y buscaba una tercera ante él. Pero... la historia cambió y Nadal se llevó uno de los mejores partidos de todos los tiempos. Tal fue así que incluso se grabó un documental sobre ello.
2010: vs Tomáš Berdych por 6-3, 7-5 y 6-4.
Sin tanta trascendencia como en su título anterior, a Nadal le supo también de maravilla volver a demostrar que era el mejor del mundo en cualquier superficie. Ese año ganó en París, en Nueva York y, por supuesto, en Londres.
Open de Australia
2009: vs Roger Federer por 7-5, 3-6, 7-6, 3-6 y 6-2.
Conquistar Melbourne nunca fue fácil para Nadal. De seis finales jugadas perdió cuatro. Pero las dos que ganó se recuerdan muy bien. La primera, cómo no, contra Federer, tras más de cuatro horas de lucha sin cuartel. El suizo, que el año anterior había visto cómo caída derrotado ante el mismo contrincante en Wimbledon, no pudo sino reconocer la superioridad de Rafa y prometer más esfuerzo para superarle y poder ganarle en más finales.
2022: vs Daniil Medvedev por 2-6, 6-7, 6-4, 6-4 y 7-5.
Quizás fue el triunfo que mejor le pudo saber a Nadal de todos los Grand Slams conquistados. Porque ya nadie, ni siquiera él mismo, confiaba en volver a jugar a semejante nivel después de tantas y tantas lesiones. Pero cual ave fénix, regresó más fuerte que nunca, fue ganando partidos y confianza y alcanzó la final. Y aguantó una lucha titánica de cinco horas y media para abrazar su segundo Open australiano y gritarle al mundo que había vuelto. Luego, ese mismo año, llegaría su último Roland Garros.