Paula Badosa se parece cada vez más a esa jugadora que alcanzó el segundo puesto del ranking de la WTA. En lo que se refiere a la clasificación, todavía está lejos (ocupa el puesto 37), pero su reciente título en Washington es un motivo más para pensar que puede resurgir como si de un ave fénix se tratase... siempre y cuando se lo permita su físico.
Lastrada por una lesión en la espalda con la cual tiene que convivir, la tenista de 26 años ha tenido que conformarse con no superar la barrera de octavos de los Grand Slam en este 2024 -su mejor resultado fue ese, en Wimbledon, donde disfrutó de mejores sensaciones e incluso peleó hasta el final por el billete a cuartos-.
Aupada por el éxito cosechado a principios de agosto y algunas actuaciones de nivel en semanas pretéritas, Badosa empieza a generar confianza en encuentros que hasta hace no tanto se le atascaban. Un buen ejemplo es el disputado este miércoles en el Masters 1000 de Cinccinati, que ha terminado con parciales de 2-6 y 5-7 a su favor.
Peyton Stearns, además, se ubica en la posición 46, no muy lejos de ella, y actuaba como local. Sin embargo, poco pudo hacer ante su rival en la manga inaugural, ya que sufrió dos pérdidas de servicio y no incomodó en el resto, antes de un segundo set que fue distinto en guion e igual en cuanto a la vencedora.