París, la ciudad que tantas alegrías le ha dado a Rafa Nadal, no ha sido la 'ciudad del amor' para el balear. El calor veraniego, el público, siempre fiel al español y la intensidad de un Novak Djokovic intratable han sido elementos especiales en una tarde extraña para el 14º veces ganador de Roland Garros.
Djokovic no expuso el más mínimo traspié durante el primer set. El serbio inició con firmeza el partido. Nadal, por su lado, apeló a la emotividad y al apoyo del público parisino que le conoce a la perfección. 'Nole', en consecuencia, ha sido claramente superior y se ha quedado con el primer set por un cómodo 6-1.
La tendencia se mantuvo en el segundo set infortunadamente para el español. Djokovic impuso su ley en el arranque. Sumó un 4-0 estremecedor que hacía ver a Nadal desgastado. El serbio, en cambio, buscó cerrar el partido con velocidad y dejó sin aliento al contrato con sus saques y en especial por la potencia de su revés. Nadal a penas respondió con un 4-1 que le valió un impulso del público.
Nadal reacciona
Cuando Nadal parecía sin rumbo, perdido, se reencontró con su nivel. El español logró hacerse con tres juegos y se acercó a Djokovic (4-3). Por primera vez en el encuentro, Djokovic empezó a cometer errores no forzados y le dejó en bandeja de plata al balear el (4-4).
El serbio, como era de esperarse, despertó de su confusión y volvió a sembrar tierra de por medio con un 5-4 esperanzador. Djokovic, con un saque letal, fulminó a Nadal con un contundente y trabajado 6-4 que le brindó su billete para la siguiente ronda en París.