El ritmo no se detiene en tierras asiáticas. Carlos Alcaraz venció a Jannik Sinner en la agónica final de Pekín el miércoles y este sábado ha debutado en el Masters 1000 de Shanghái, donde la gran novedad es el regreso de Novak Djokovic. Su estreno era relativamente asequible, ante un rival que se ubica a un paso del top 50 del ranking mundial. Juncheng Shang, dispuesto a soñar en su intento por agradar y encandilar al público nacional.
Arrancar el encuentro con una rotura es siempre una declaración de intenciones. El murciano dejó a cero al anfitrión, quien tuvo que esperar al tercer juego para inaugurar su casillero. Ese parcial de 6-0 (en puntos) fue una losa de la que no consiguió deshacerse por completo y que tuvo mucha presencia a lo largo del set, si bien hubo algo más de equilibrio en los siguientes minutos. La igualdad fue un mejor espejismo, ya que Alcaraz ganó de forma contundente (6-2).
La historia no tardó demasiado en repetirse durante los compases iniciales de la segunda manga. Parecía ya cuestión de tiempo que Carlos se llevara el triunfo, sobre todo porque las escasas ofensivas de Juncheng quedaban en vano. Cierto es, sin embargo, que tuvo una oportunidad de quiebre con 2-1 en contra. Al ser incapaz de aprovecharla, dijo adiós a buena parte de sus opciones de éxito. El 6-2 posterior certificó la eliminación y el avance de su oponente.
El vigente campeón de Roland Garros y de Wimbledon sabe ya cuál será su próximo escollo en la siguiente eliminatoria: Yibing Wu, protagonista de una auténtica gesta este viernes, cuando derrotó a Nicolás Jarry en sólo 63 minutos (6-2 y 6-1). Hay que tener en cuenta que el chileno, quien suma 10 derrotas en sus últimas 11 participaciones, está ubicado 500 puestos por delante en la clasificación de la ATP. Así, el chino buscará una nueva proeza.