Carlos Alcaraz, a destronar a Novak Djokovic, el indestructible monarca de Wimbledon
En la contienda parisina se podía confiar en que el menos favorito, Novak Djokovic, competiría ferozmente en cualquier circunstancia sin rendirse fácilmente.
Ahora, es la oportunidad de Carlos Alcaraz de demostrar su espíritu de lucha como no favorito en su superficie menos preferida y crear una final realmente meritoria.
El mejor resultado posible para cualquier jugador tras una derrota muy desmoralizadora y amarga en un gran escenario es tener una revancha rápida en una plataforma similar para buscar la redención. Carlos Alcaraz se ha brindado precisamente esa oportunidad en Wimbledon este domingo. La derrota en Roland Garros debe haber sido difícil de aceptar para él porque no se trataba de ser superado en habilidades tenísticas, sino más bien de ser superado en términos de experiencia y condición física.
De hecho, Alcaraz logró recuperar el control del partido durante el segundo set y llevó el impulso al tercer set, pero por desgracia, su cuerpo le falló a partir de ese momento.
La intensidad del choque de semifinales, junto con la presión y las expectativas creadas en torno a Alcaraz, acabaron por pasarle factura, provocándole calambres en todo el cuerpo a medida que avanzaba el partido.
"No es fácil jugar contra Novak. Por supuesto que es una leyenda de nuestro deporte. Si alguien dice que entra en la pista sin nervios jugando contra Novak, miente. Por supuesto, jugando una semifinal de un Grand Slam, tienes muchos nervios, pero más aún enfrentándote a Novak. Esa es la verdad. La próxima vez que me enfrente a Novak, espero que sea diferente, pero los nervios estarán ahí", declaró tras su reciente duelo en París.
El joven español aceptó el revés con entereza y empezó a prepararse para una posible revancha contra Novak Djokovic en Wimbledon. Además de sus esfuerzos en la pista, donde ganó sus 11 partidos durante la temporada de hierba, trasladó estratégicamente la presión al jugador serbio.
"Obviamente, Djokovic, junto con Federer, es uno de los mejores jugadores que se han visto en una pista de hierba. Así que ya va a ser complicado. No digo que no sea capaz de ganar a Djokovic, pero creo que tengo menos posibilidades que en otras superficies", declaró antes de jugar su primer partido sobre hierba este año.
Novak Djokovic, conocido por aceptar retos importantes y ofrecer sus mejores actuaciones en circunstancias de gran presión, no dudó en admitir que se considera favorito.
Hace unos días, antes de su partido de semifinales contra Jannik Sinner, lanzó una dura advertencia al resto del cuadro: "No quiero parecer arrogante, pero por supuesto que me considero el favorito. A juzgar por los resultados que he tenido en mi carrera aquí, las cuatro ocasiones anteriores de Wimbledon que gané, y llegar a otra semifinal, me considero favorito, sí".
Novak Djokovic ganó sólo diez puntos más que Jannik Sinner en las semifinales de Wimbledon. Sin embargo, su capacidad para superar a su rival en los momentos cruciales le permitió asegurarse una cómoda victoria en sets seguidos con un marcador de 6-3, 6-4 y 7-6.
Con esta victoria, amplió a 15 su notable racha de victorias en tie breaks a nivel de Grand Slam (todas en 2023).
Su destreza en los desempates ha desempeñado sin duda un papel fundamental en su dominio en los torneos de Grand Slam este año. El tenista de 36 años ha demostrado un gran nivel de excelencia en este aspecto concreto, lo que le ha permitido desmarcarse de la competencia.
En un par de partidos, tanto en Francia como en Wimbledon, Djokovic y sus rivales lucharon ferozmente en igualdad de condiciones hasta llegar al desempate. Es en este momento crítico cuando el serbio asesta un golpe decisivo, sellando la victoria y dejando a sus oponentes con pocas oportunidades de remontar.
A diferencia del partido de semifinales contra Carlos Alcaraz en París el mes pasado, el serbio se encontrará bajo una tremenda presión en Wimbledon esta vez. Aunque el veterano tenista suele aceptar y sobresalir en situaciones de alta presión, no es inmune al impacto de los nervios.
En los últimos años, los nervios han podido con él. Así quedó patente en sus derrotas contra Daniil Medvedev en la final del US Open 2021 y contra Alexander Zverev en las semifinales de los Juegos Olímpicos de Tokio, ambos partidos en los que aspiraba al Slam de Oro del calendario y de su carrera.
El exnúmero uno del mundo no sólo se considera el claro favorito para ganar este partido, con un récord de 7-1 en finales de Wimbledon, sino que también aspira a igualar el extraordinario récord de Roger Federer de ganar ocho títulos de Wimbledon.
Además, Djokovic se esfuerza por mantener su persecución del Grand Slam del calendario, un logro notable que está decidido a conseguir antes de su eventual retirada.
Alcaraz y su madurez con 20 años
Carlos Alcaraz obtuvo una importante inyección de confianza y moral al conseguir una impresionante victoria justo antes de enfrentarse a Novak Djokovic. Dominó por completo a Daniil Medvedev, exnúmero uno del mundo, al que superó en 23 puntos en un imponente triunfo por 6-3, 6-3 y 6-3. Además de enfrentarse a dos jugadores del top-10 como su rival Novak Djokovic, el español también se deshizo del exsubcampeón Matteo Berrettini, y de un jugador en el mejor momento de su vida, Nicolas Jarry.
La hierba puede considerarse la superficie menos preferida del cabeza de serie, pero esa percepción sólo se debe al nivel excepcionalmente alto que se ha impuesto a sí mismo en otras superficies. Actualmente, cuenta con una impresionante racha de 11 victorias consecutivas sobre hierba y un balance de 15 victorias y 4 derrotas en esta superficie.
Su logro de alcanzar la final de Wimbledon en sólo su tercera participación en el torneo es realmente notable.
En comparación, Novak Djokovic jugó su primer partido de campeonato en Wimbledon en su séptimo intento, lo que da contexto a la importancia de este logro.
Alcaraz, de 20 años, que el año pasado hizo historia como el campeón de Slam más joven en el US Open desde la victoria de Rafael Nadal en el Abierto de Francia en 2005, invita inevitablemente a las comparaciones con su ídolo.
Del mismo modo, Nadal también tenía exactamente 20 años cuando jugó su primer partido decisivo en Wimbledon, en la que fue su tercera participación en el torneo, y perdió contra el defensor del título, Roger Federer, en cuatro sets allá por 2006.
Cara a cara: Empate a 1-1 (ambos en tierra batida). Para que Novak Djokovic pusiera fin a su extraordinaria racha de imbatibilidad de una década en la pista central de Wimbledon, se necesitaría la actuación perfecta de cualquier jugador. Carlos Alcaraz, sin la carga de la etiqueta de favorito, puede tener una mejor oportunidad para desafiar de cerca a Djokovic.
A diferencia de su anterior encuentro en París, este partido se prevé muy competido, y no sería de extrañar que Alcaraz se convierta en el primer jugador, aparte de Roger Federer, en llevar a Djokovic a un set decisivo en la final de Wimbledon.