Ganadores por sorpresa en Wimbledon: las cinco últimas grandes victorias
1987: Pat Cash, Australia triunfante
En los años 80, los grandes nombres eran legión, y cada edición la ganaba un jugador que había sido número uno del mundo. Todos menos en 1987, cuando Pat Cash sorprendió a todos los favoritos y ganó su único Grand Slam.
Juzgue usted mismo: en las tres últimas rondas, el australiano se limitó a vencer a Mats Wilander, Jimmy Connors e Ivan Lendl. Y cada vez en tres sets. Además, fue dos veces finalista del Abierto de Australia (que entonces no tenía el protagonismo actual). Tampoco es ajeno a los focos, pero la forma en que irrumpió le otorga un lugar especial.
1994: Conchita Martínez, primera para siempre
En 1994, Martina Navratilova tenía 37 años. Auténtica reina de la pista de hierba, estaba a punto de intentar algo que nadie había hecho antes: ganar Wimbledon 10 veces. Monica Seles había caído en el último obstáculo y Steffi Graf, en el primero. Superó todos los obstáculos para llegar a la final, con el décimo plato de Venus Rosewater en el punto de mira.
Sin embargo, tropezó contra una rival inesperada: Conchita Martínez. La española era la número tres del mundo, pero nunca había jugado una final sobre hierba. Tras deshacerse de Lori McNeill por 10-8 en el tercer set de las semifinales, se impuso en tres mangas para hacerse con su único título de Grand Slam y convertirse en la primera española en ganar Wimbledon.
1996: Richard Krajicek, inolvidable en Países Bajos
En 1996, el neerlandés era un jugador sólido en el circuito ATP. Jugador de ataque con un gran saque, se le creía capaz de realizar una buena actuación en un Grand Slam, aunque fuera en pista dura, superficie en la que ganaría sus dos títulos de Masters 1000. Pero es una hazaña que le ha valido un lugar en este top diez.
En los cuartos de final de la edición de 1996, dominó nada menos que a Pete Sampras. Entre 1993 y 2000, nadie más lo consiguió en Wimbledon. Confirmó esta hazaña sometiendo a los anónimos Jason Stoltenberg y Malivaï Washington en una edición llena de sorpresas, y pasó a ganar su único Grand Slam. Todo ello sin perder un set. Y hasta el día de hoy, ningún otro jugador de su país ha ganado un gran torneo.
2001: Goran Ivanisevic, el renacimiento inesperado
El mencionado Stoltenberg eliminó a Ivanisevic en los cuartos de final de Wimbledon en 1996, una de las mayores oportunidades perdidas por el croata. Llegó tres veces a la final de su Grand Slam favorito, cayendo en dos ocasiones ante Pete Sampras. Su suerte parecía haberse acabado, ya que había caído en picado en la clasificación.
Tanto es así que en 2001, con casi 30 años, necesitó una wildcard para jugar el torneo, ya que ahora ocupaba el puesto 125 del mundo. Pero el Ave Fénix resurgió de sus cenizas, y la lista de sus víctimas es increíble: Carlos Moyá, Andy Roddick, Greg Rusedski, Marat Safin, Tim Henman y Pat Rafter en la final, al término de un partido monstruoso. Al fin, tras años de lucha, se coronaba campeón. Todo esto mientras golpeaba 212 aces en el torneo, todavía un récord.
2013: Marion Bartoli, ante la oportunidad de su vida
Es cierto que Bartoli ya jugó la final en 2007, pero no erauna de las favoritas. Después de un periodo en el top 10, apareció como la número 15 del mundo, y no precisamente en el mejor de los estados de ánimo. Tras no alcanzar una semifinal y ser eliminada en la tercera ronda de Roland Garros, es evidente que su confianza no estaba en su mejor momento.
Pero la francesa se benefició de un auténtico matadero en el cuadro, con sólo tres de las ocho primeras cabezas de serie en los cuartos de final. No se enfrentó a ninguna jugadora del top 10 ni a ninguna ganadora de Grand Slam. Sin embargo, tuvo el mérito de aprovechar una oportunidad inesperada con aplomo, sin perder un solo set, y desarrollando un juego imparable en las rondas finales. Venció en el duelo decisivo a Sabine Lisicki.