Como un bonito sueño en una tarde noche de verano, Rublev soñó con la hazaña de dejar en la cuneta del verde londinense al gran favorito para alzarse con el título. Pero Djokovic no es de los que se rinde, sino de los que aprende de sus errores para encontrar las debilidades de su rival. Y cuando lo hizo, fue a por su presa para no dejarla escapar.
No era la primera vez que el serbio perdía un primer set en el torneo. Ya le pasó en la ronda anterior contra Hurkacz. El ruso aguantó, no sin problemas, sus servicios. Hasta que su fortaleza mental le permitió 'robar' el de su contrincante para, de nuevo sacando, llevarse el primer set.
Lejos de venirse abajo, Nole se creció. Aprovechó cierta relajación de su oponente para ir ganando servicios y aprovechando bolas de break con puntos maravillosos. Nunca la felicidad le duró tan poco a Andrey. En 29 minutos el partido estaba otra vez como al principio.
Un ciclón imparable
Sólo que Djokovic venía cuesta abajo y con una velocidad que sorprendió a Rublev. Con 2-2, éste perdió el saque, una ventaja a la postre crucial para el balcánico, al que le bastó con aguantar su servicio para llevarse también el tercer set.
Eso sí, le costó cerrarlo un cuarto de hora. Es lo que duró el último juego de esa manga. El ruso tuvo hasta tres bolas de break y salvó cuatro de set en contra, hasta que llegó la quinta y no pudo resistir.
Golpe anímico del que ya no se pudo recuperar un Rublev que no había llegado tan lejos en Wimbledon en su carrera. Cedió en el tercer juego su servicio y Djokovic, que no pierde desde 2017 en Londres, siguió deleitando al público con sus winners y espectáculo para alcanzar la semifinal tras dominar 6-3 en el cuarto y definitivo set.
En su camino hacia un nuevo título en el All England Club, a Nole le espera el joven italiano Sinner. Será el viernes 14 a las 14 horas.
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