Tsitsipas, el finalista del Open de Australia que estuvo "a un suspiro de morir"
No hay muchos deportistas cuyas carreras y perspectivas se hayan forjado gracias a experiencias cercanas a la muerte, pero el número cuatro del mundo es una excepción.
En 2015, mientras participaba en un evento de tercer nivel en Creta, un adolescente Stefanos Tsitsipas y un amigo fueron a nadar y casi fatalmente juzgaron mal la fuerza de las corrientes.
Los dos chicos estuvieron a punto de ser arrastrados hasta que el padre de Tsitsipas, Apostolos, que también es su entrenador, se zambulló para ponerlos a salvo.
"No podíamos respirar, me sentía fatal estando dentro del agua y estaba aterrorizado. No sabía cómo iba a acabar todo esto", recordó Tsitsipas en una ocasión.
"Mi padre nos vio desde lejos y se tiró al agua, empezó a nadar hacia nosotros y nos empujó hacia la playa. Estuve a un suspiro de morir".
"Si teníamos que morir y perder la vida aquel día, tendríamos que hacerlo juntos. Mi padre era un héroe".
"Ese fue el día en que vi la vida con otra perspectiva. Recuerdo después lo mucho que me cambió psicológicamente".
Tsitsipas cumple años el mismo día que Pete Sampras -12 de agosto- y es estudioso y contemplativo.
Habla griego, inglés y ruso, y ha hecho pinitos en español y chino.
Una familia deportiva
Lleva el deporte en los genes. Apostolos es su entrenador, mientras que su madre, Julia Salnikova, es ex tenista profesional.
Su abuelo, Sergei Salnikov, fue medalla de oro olímpica de fútbol en 1956 jugando para la Unión Soviética.
Desde que se hizo profesional en 2016, la carrera de Tsitsipas ha seguido una curva ascendente constante.
En su primera temporada ocupó el puesto 210 del mundo, pero a finales de 2017 ya estaba entre los 100 primeros y en 2018 llegó a estar entre los cinco primeros, siendo el primer griego en alcanzar tal estatus.
A los 21 años ya se había impuesto a las tres mayores bestias de este deporte: Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer.
Tsitsipas fue el primer griego en ganar un título del circuito y ha ganado nueve en total, pero la corona de Grand Slam le ha sido esquiva.
Tsitsipas espera que eso cambie cuando se enfrente a Djokovic el domingo en la final del Abierto de Australia. La victoria también le convertiría en el número uno del mundo por primera vez.
Su única gran final anterior fue en 2021, cuando se quedó a las puertas de la corona en el Abierto de Francia, con una ventaja de dos sets en la final frente a Djokovic antes de que el serbio protagonizara una épica remontada para hacerse con la victoria.
Su mayor victoria hasta la fecha llegó cuando aún tenía 21 años. Se hizo con el título de las Finales ATP de final de temporada de 2019, convirtiéndose en el campeón más joven desde Lleyton Hewitt en 2001.
Inteligente y sabio
Rubio y de 1,93 m de estatura, Tsitsipas es considerado desde hace tiempo como el posible heredero de Djokovic, Nadal y Federer.
Es uno de los jugadores más equilibrados del tenis, pero también puede ser peleón.
Ha entablado una intrigante rivalidad con Daniil Medvedev, otro de los grandes que viene pisando fuerte.
El ruso describió en una ocasión el juego de Tsitsipas como "aburrido".
Tsitsipas tachó a Medvedev de "(improperio) ruso" en un encendido encuentro en Miami.
Djokovic, su rival en Melbourne, no es ajeno a la polémica.
"Es un tipo muy trabajador, dedicado y agradable", dijo el serbio en una ocasión.
"Es muy inteligente y sabio. Me encanta el hecho de que sea algo más que un jugador de tenis y que siempre busque aprender de la experiencia y entender algo nuevo sobre sí mismo".
"Ese es el rasgo de un campeón, de alguien que tiene un gran potencial para ser número uno del mundo, ganar Grand Slams y ser un gran embajador de este deporte".